A mayor nivel de estudios, más curiosidad en el trabajo.

A mayor nivel de estudios, más curiosidad en el trabajo.

La curiosidad mueve el mundo. En el trabajo, también (bueno, no siempre). El ‘Future for Work Institute’ e InfoJobs han elaborado un estudio con una muestra de 11.133 personas que analiza la relación existente entre la curiosidad y diferentes parámetros, como el nivel de estudios, el nivel educativo, la antigüedad en la empresa, el tipo de relación laboral o el grupo profesional. La primera conclusión es que a mayor nivel de estudios, más curiosidad se demuestra.

Los profesionales con licenciatura, grado universitario, máster o doctorado se cuestionan con más frecuencia las normas establecidas en el trabajo, se interesan por una variedad de temas mayor y rechazan la idea de que algo deba hacerse de determinada manera porque siempre se haya hecho así. En el lado opuesto, los profesionales con enseñanza primaria, secundaria, bachiller o formación profesional son menos curiosos y consideran que ya poseen todos los conocimientos que necesitan para desempeñar su trabajo; prefieren las soluciones y métodos ya probados y se sienten más cómodos siguiendo los procedimientos establecidos.

Los trabajadores con más antigüedad en las empresas tienden más a creer que poseen todos los conocimientos que necesitan para desempeñar bien su trabajo. Afirman con más frecuencia que se sienten seguros ante la incertidumbre y prefieren optar por soluciones y métodos diferentes a los ya establecidos. Sin embargo, actitudes como la tendencia a cuestionar las normas establecidas, el interés por una mayor variedad de temas o la preferencia por rodearse de personas que piensan de forma diferente son admitidas por todo tipo de perfiles, con independencia de los años de antigüedad.

Asimismo, las actitudes y comportamientos curiosos son más frecuentes en aquellos grupos profesionales donde los traba­jos suelen ser complejos y de límites menos definidos, como es el caso de directivos, técnicos y profesionales cua­lificados, gerentes y mandos intermedios. Por el contrario, es significativamente menor en los grupos profesionales donde los trabajos tienden a ser más rutinarios, como es el caso de los operarios.

Atendiendo a la edad, el estudio desmiente el estereotipo de que los profesionales jóvenes son los más curiosos. Los datos arrojados confirman que en todas las franjas de edad podemos encontrar personas con actitudes y comportamientos asociados a la curiosidad. Por un lado, a los más jóvenes, les gusta investigar cómo funcionan las cosas y entender el porqué de las tareas que deben realizar. Según aumenta la edad, los profesionales tienden más a creer que invierten el tiempo necesario en estar a la última en su profesión.

Desde una perspectiva de género, apenas existen diferencias. Hombres y mujeres autoevalúan su actitud ante la curiosidad de una forma similar, siendo los hombres algo más proclives a investigar cómo funcionan las cosas.

Los departamentos más y menos curiosos.

De la misma manera, los datos recogidos en el estudio revelan que los profesionales de los departamentos de I+D+i y Sistemas y Tecnología son más curiosos que aquellos trabajando en funciones como Administración y Finanzas, Producción, Legal o Servicio a Clientes. Los profesionales de Investigación, desarrollo e innovación son los que más necesitan entender el porqué de las cosas (+0,21 de desviación estándar respecto al promedio) y a los que más les cuesta aceptar los procedimientos establecidos (+0,26).

Por su parte, los de Sistemas y Tecnología son los que tienen una menor sensación de poseer todos los conocimientos que necesitan para hacer bien su trabajo (-0,28) y se sienten cómodos ante la incertidumbre (+0,14). En el lado opuesto, es el departamento Legal al que menos le gusta experimentar nuevas soluciones (-0,27 de desviación estándar respecto al promedio) e investigar cómo funcionan las cosas (-0,26). El de Producción, al que más le gusta seguir los procedimientos y normas a rajatabla (-0,19) y, junto con Servicio a Clientes, el que menos se cuestiona las normas establecidas (-0,12).

El estudio confirma, también, que el emprendimiento y la curiosidad van de la mano. Los trabajadores por cuenta propia (autónomos, freelances, etc) son los profesionales más proclives a mostrar actitudes y comportamientos asociados a la curiosidad, invirtiendo el tiempo necesario para mantenerse a la última en su profesión (+0,27 de desviación estándar respecto al promedio) y sintiéndose más cómodos ante la incertidumbre que aquellos que trabajan por cuenta ajena (+0,14). Además, entre las personas que los conocen, tienen una reputación de ser personas muy curiosas. Por su parte, empresarios y propietarios de empresa son quienes tienen una mayor re­putación de ser personas curiosas (+0,33 de desviación estándar respecto al promedio), les gusta más relacionarse con personas que piensan de forma diferente a ellos (+0,32) y tienden a cuestionarse las normas establecidas (+0,19).

El estudio muestra, además, información relevante sobre la relación existente entre el contexto organizativo y las actitudes y comportamientos asociados a la curiosidad que muestran los empleados. En particular, que una persona afirme que invierte el tiempo necesario para estar a la última en su profesión está positivamente relacionado con que sus compañeros hagan lo mismo, que su jefe directo le anime a que se mantenga al día de las novedades en su profesión, que en la empresa se contraten personas con puntos de vista diversos, que se recompense a las personas que aportan nuevas ideas, que se deje margen para experimentar nuevas ideas y soluciones y que los compañeros de trabajo sean personas intelectualmente inquietas.

Fuente: 20Minutos

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