Ser resiliente para recuperarse mejor

Ser resiliente para recuperarse mejor

Ante la repetición de crisis, el desarrollo de una estrategia de resiliencia se ha convertido en un imperativo para las organizaciones públicas y privadas. Esto permite no solo responder sino también recuperarse y reinventarse continuamente.

A día de hoy el riesgo forma parte integral de nuestra vida, incluido en lo profesional. Para las organizaciones, ahora es necesario establecer estrategias para estar preparados lo mejor posible.

“La identificación de los riesgos es un tema muy importante. El objetivo también es identificar las posibles consecuencias para la empresa. Por lo tanto, esto permite analizar el riesgo residual de cada organización en relación con su capacidad para responder, recuperarse y finalmente reinventarse “, explica Patrice Passe-Coutrin, director a cargo de la actividad de Resiliencia Comercial en CGI.

¿Qué es la resiliencia?

 La resiliencia es la capacidad y habilidad de un individuo o sistema para superar la adversidad, es decir, para vivir y desarrollarse superando el riesgo y sobreponerse a shocks y traumas.

Anticipar riesgos para sobrevivir

Para anticipar estos riesgos, se recomienda mantener una vigilancia constante y hacer un inventario de los impactos en los procesos críticos de la compañía. También debemos garantizar su capacidad de respuesta. Esta etapa se refiere a los aspectos presupuestarios, pero también a las inversiones en términos humanos y materiales.

“Aquellos que no consiguen anticipar experimentarán diferentes tipos de impactos. Esto puede referirse al aspecto comercial con la pérdida de clientes y al aspecto financiero con una pérdida de ingresos. También hay impactos reputacionales y de imagen”.

El aspecto regulatorio también se ve afectado. En numerosos sectores, las obligaciones vinculadas a la gestión de riesgos (proceso, inversiones a implementar, auditoría y gestión operativa) están de hecho previstas.

Garantizar la resiliencia en tres fases

Para garantizar su resiliencia y navegar la crisis, las empresas deben ser saber a qué se enfrentan. Cada organización, a su propio ritmo, pasa por varias fases.

Hay una fase de gestión de crisis inmediata (responder). El objetivo es poner las actividades críticas en condiciones operativas con todos los recursos asociados (TI, datos, sitios, cadena de proveedores y mano de obra)”La 2º fase (rebote) consiste en garantizar una recuperación para volver a un estado estable lo más cercano posible al estado inicial. Por último, la 3º fase (reinventarse a sí misma) implica revisar su modelo operativo, su modelo de negocio, pero también su ecosistema externo a nivel de clientes y proveedores, mientras se construye una cultura altamente eficiente y ágil.

La tecnología como soporte

Las empresas pueden aprovechar la tecnología para implementar su estrategia de resiliencia, pero también reducir sus costes y aumentar los ingresos.

 “La tecnología puede intervenir de manera estructurada en estas tres fases. Se debe realizar un análisis para saber qué fase priorizar según su negocio”. En términos de gestión de crisis, las herramientas de automatización (chatbot o inteligencia artificial) permiten gestionar automáticamente los flujos de documentos entrantes y salientes para redirigir a las personas adecuadas o los servicios adecuados. La tecnología también ayuda a cambiar rápidamente a un entorno de respaldo como la nube.

La tecnología puede intervenir de manera estructurada en las tres fases (responder, rebotar y reinventarse). Se debe realizar un análisis para saber qué fase favorecer según su negocio.

Además, la digitalización ayuda a encontrar interacciones estables con los clientes y proveedores al proporcionar el mejor servicio y el mejor producto, mientras que las tecnologías permiten enfocarse en su negocio y proceso principal al externalizar ciertos procesos informáticos.

 

Fuente: paperjam

 

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