Uno de cada cinco empleados puede padecer fatiga

Uno de cada cinco empleados puede padecer fatiga

¿Cuál es el nivel de cansancio en las empresas belgas? Bright Link, una filial de UCLouvain especializada en la prevención del desgaste profesional, ha detectado una tendencia a partir de sus encuestas a empresas.

La start-up ha analizado los datos anónimos de 5.000 empleados que han respondido voluntariamente una encuesta confidencial. Las empresas clientes de Bright Link están presentes en los sectores de las finanzas, el comercio, las tecnologías, los servicios a empresas y la construcción.

Bautizado “Preventing burnout test”, este cuestionario escruta en profundidad a los encuestados acerca de numerosos aspectos de su trabajo (carga de trabajo, gestión, horarios, calidad de las relaciones, etc.) pero también sobre otras cuestiones relacionadas con su vida privada: desplazamientos, grado de conectividad, salud física, familia, aficiones, emociones, etc. para así medir el nivel de desgaste (tanto físico como emocional y mental) de cada uno e identificar las principales fuentes de estrés.

Bright Link ha recopilado los datos anónimos en su “barómetro de la fatiga 2019”. Los resultados muestran que un 18% de los encuestados están en riesgo de padecer desgaste. Esto es un empleado de cada cinco. “Las personas encuestadas se quejan sobre todo de síntomas físicos”, lo cual padece un trabajador de cada cuatro (29,6%), apunta la empresa de Louvain-la-Neuve. Entre los 3 problemas físicos más señalados, se encuentran los dolores musculares en un caso de cada cuatro (24,5%), los problemas de insomnio son un caso de cada siete (14,5%), al igual que los problemas intestinales.

Otra cifra sorprendente: sólo cuatro de cada diez empleados (41,6%) consideran que se levantan bien descansados. Pero no se trata sólo de fatiga física. La fatiga emocional también es padecida por un trabajador de cada cinco (20,8%). Los síntomas más nombrados son la ansiedad (14%), la irritabilidad (13,4%) o incluso la susceptibilidad (12,7%). La fatiga mental es padecida por un empleado de cada 6 (17,6%) y su principal consecuencia es la dificultad para realizar ciertas tareas (11,3%), problemas de concentración (10,1%) y dificultades para tomar decisiones (9,8%) ¿De dónde vienen todos estos síntomas de desgaste? ¿Cuáles son las causas? Bright Link ha identificado ciertos factores de estrés que destacan notablemente.

Órdenes contradictorias: Dos trabajadores de cada 3 (65%) se quejan de órdenes de trabajo contradictorias. Este es el principal factor de estrés, seguido de la carga de trabajo, causa señalada por un 62% de los entrevistados. Mucho trabajo y trabajo que no está claro: estos dos factores de estrés están relacionados con una dirección evidentemente mejorable. Según Bright Link, la explicación puede ser el contexto de cambio en el que se encuentran la mayoría de empresas, en particular, el paso a la digitalización implica para una transformación que no es fácil, ni rápida: “En general se trata de procesos largos que requieren de los trabajadores flexibilidad y adquisición de nuevas competencias”, observa Bright Link.

Todo esto se suma al trabajo habitual, que no para. Por lo tanto, es un contexto propicio para la aparición de sobrecargas de trabajo y órdenes contradictorias… Según otro estudio, un 59% de los trabajadores señalan un factor de estrés que no está relacionado con su trabajo ni con su empresa, sino con la personalidad de cada uno. Bright Link señala en primer lugar el perfeccionismo: “Las personas con un alto nivel de perfeccionismo viven más situaciones de estrés y, por lo tanto, son más susceptibles de padecer desgaste profesional”, explica Olivier Bomboire, el director de la start-up. También comenta la influencia del neuroticismo, “un rasgo de la personalidad caracterizado por una inestabilidad emocional y sentimientos negativos tales como la ansiedad, la irritabilidad o incluso una sensación de impotencia”.

Hiperconectividad: Es otro de los factores de estrés que padecen la mitad de los trabajadores, un 58%. “Existe un vínculo entre la hiperconectividad y el riesgo de fatiga profesional”, indica Bright Link. “Los smartphones y las tablets, así como la proliferación de las redes sociales llevan a los trabajadores a integrar aún más el trabajo en el ámbito privado y viceversa.” El blurring, la difusión de la frontera entre el trabajo y el descanso, no es algo trivial: “Dado un estado de cuasi ciberdependencia, este fenómeno puede tener importantes repercusiones sobre el equilibrio físico, moral, familiar, social y profesional de los trabajadores”, incide Bright Link.

“Es necesario tomar conciencia: es fundamental sensibilizar a los trabajadores sobre los riesgos de la hiperconectividad.” La cantidad de emails recibidos es señalada por un 54% de los encuestados como un factor de estrés. Cuatro de cada diez consideran que reciben más información de la que pueden asimilar. “La multiplicación de las herramientas digitales así como el aumento de las tecnologías digitales en la vida privada y profesional aumenta la complejidad de tareas y la cantidad de información que gestionar cada día”, señala Caroline Iweins, doctora en psicología e investigadora en Bright Link. “El riesgo es, por lo tanto, desgastarse mentalmente: baja concentración, olvidos, etc.”

Factores de estrés… y energía: Junto a los factores de estrés, hay también fuentes de energía, subraya Bright Link. Lejos de ser una carga, estos factores sirven de apoyo. Los trabajadores señalan cuatro fuentes principales. En orden decreciente, señalan la calidad de las relaciones con las personas que les son próximas (94,1%), el sentimiento de realización en el trabajo (82,8%), el compañerismo (81,5%) y un estilo de vida sano (actividad física, alimentación…), (79,6%). Esto demuestra que el desgaste profesional no es sólo cuestión del trabajo. Para entender este fenómeno, es necesario abarcar tanto lo que viene del trabajo y lo que viene de cada individuo. Sin ambas dimensiones, no se logrará, insiste Bright Link. Dicho de otra manera, si una empresa claramente tiene mucho que hacer para prevenir la fatiga profesional, “cada uno es actor de su propio bienestar”. Es una historia de equilibrio.

Fuente: L’Echo

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