Iniciativa de siete estudiantes para abordar la falta de voluntarios en Luxemburgo

Iniciativa de siete estudiantes para abordar la falta de voluntarios en Luxemburgo

Un grupo de jóvenes del Lycée Michel Rodange ha identificado un nicho de mercado. Su miniempresa, “VolunTeens”, conecta a voluntarios con organizadores de eventos, logrando así un impacto social.

Cuando Max Wolter habla de la empresa, su entusiasmo se refleja en su rostro. Este joven de 17 años es uno de los siete estudiantes del Lycée Michel Rodange que no se conformaban con las clases puramente teóricas de economía, sino que querían poner en práctica una idea. Con su plataforma en línea “VolunTeens” , conectan a jóvenes motivados con organizadores que buscan ayuda urgentemente. El modelo: simple, eficaz y muy moderno.

«En Luxemburgo, existe un verdadero problema: muchos eventos ya no pueden celebrarse por falta de voluntarios», explica Max Wolter. La idea de la plataforma de networking surgió de su padre, presidente de una asociación deportiva, quien busca con urgencia personal para eventos deportivos. Max reconoció el potencial y formó un equipo con seis compañeros de clase.

Su profesora, Jody Kalmes, los elogia con entusiasmo: «Son muy comprometidos y se esfuerzan por resolver un problema social concreto. A menudo no hay suficientes personas dispuestas a actuar de forma voluntaria. Con la comercialización, ahora quieren crear un incentivo para abordar este problema».

Una idea florece

A principios de año, los estudiantes desarrollaron su sitio web, donde los organizadores de eventos pueden enviar solicitudes y los voluntarios pueden encontrar ofertas de trabajo. En pocos meses, la red había crecido considerablemente: «Ya teníamos diez eventos para los que encontramos voluntarios. Desde duatlones hasta conciertos, había de todo», informa Max. La plataforma cuenta actualmente con unos 100 usuarios registrados, de los cuales unos 70 ya han colaborado activamente.

“A menudo, son tareas sencillas”, explica el cofundador Lorenzo Torzini, quien programó el sitio web: “Vender bebidas, ser comisario de pista, montar y desmontar. Nada que requiera habilidades especiales, pero sin estas tareas, un evento no puede ser un éxito”.

La demanda sigue creciendo. Se han programado varios eventos importantes para mayo, como el Maratón ING y la carrera ciclista “Gran Fondo” de Frank Schleck. Ya se ha contactado con la federación de triatlón.

Primeros pasos en el mundo laboral

Lo que hace especial trabajar en “VolunTeens” es su valor social añadido. Los siete estudiantes de décimo grado no solo ofrecen empleos, sino también una puerta de entrada a la participación social. “Aprendes muchísimo”, dice Max Wolter. “Es como un primer paso en el mundo laboral. Asumes responsabilidades, tomas decisiones y te das cuenta de que el compromiso puede ser divertido”.

Al principio, fue el salario lo que animó a los jóvenes a involucrarse. Pero esto a menudo conduce a un verdadero voluntariado. “Ya hemos tenido casos de personas que vinieron por el dinero, pero luego se ofrecieron como voluntarias la siguiente vez. Eso es precisamente lo que buscamos”, explica Wolter.

“Queremos inspirar a los jóvenes a ser activos, no solo por razones económicas, sino porque sienten que su compromiso importa”, explica Mauro Roos, responsable de atención al cliente del equipo.

El valor social del voluntariado suele subestimarse, lamenta Max Wolter. «Mucha gente trabaja un día entero por una camiseta y un sándwich, y nada más. Sin embargo, logran algo muy valioso». Es precisamente esta discrepancia la que, en parte, explica el continuo declive del voluntariado. «VolunTeens» quiere cambiar esto con un modelo salarial justo y un reconocimiento genuino.

Por cada hora de intervención, el organizador paga 14 euros, de los cuales 11 euros van al estudiante. Los 3 euros restantes se destinan a los organizadores y cubren los gastos de funcionamiento. «Nuestro modelo de negocio es sencillo, pero eficaz», explica Lenn Nüssle, miembro del equipo y director de marketing de Marco De Monte.

El trabajo en equipo como escuela de vida

Siete chicos, muchas opiniones… eso suena a una posible fuente de conflicto. Pero fue precisamente la colaboración lo que constituyó un proceso de aprendizaje central. «Al principio, fue difícil coordinar el proyecto con la escuela», dice Mauro Roos. «Pero así fue precisamente como aprendimos a organizarnos, planificar y mantener la flexibilidad».

La comprensión de los roles también es clara: mientras que Max Wolter es principalmente un portavoz y dador de ideas, otros se encargan de la contabilidad, el marketing, la tecnología o la atención al cliente.

“Tuvimos que aprender a gestionar los desacuerdos de forma constructiva y a tomar decisiones en conjunto”, añade Abdeallah Douas, encargado de finanzas. “El proyecto nos ha ayudado a progresar no solo a nivel empresarial, sino también a nivel humano”.

Su compromiso dio sus frutos. En el concurso “Jonk Entrepreneuren Luxembourg”, se enfrentaron a 140 equipos hasta la final y finalmente ganaron el “Premio al Emprendimiento Social”, el premio al compromiso social. Una victoria histórica, pero no el final, ni mucho menos.

De miniempresa a startup

“VolunTeens” sigue siendo lo que se conoce como una “miniempresa”. Pero los estudiantes piensan a mayor escala. Actualmente se está planificando la creación de una sociedad de responsabilidad limitada (LLC) . El objetivo es automatizar la plataforma y ofrecer el servicio en la Gran Región, por ejemplo, en Bélgica o Alemania.

“Queremos llegar a más eventos, llegar a más estudiantes y profesionalizarlo todo”, explica Max Wolter. En el aspecto técnico, esto implica automatización, una mejor interfaz de usuario y una comunicación más eficiente. En el aspecto financiero, esto implica inversiones. “También tendremos que gastar mucho, pero creemos en esta idea”. A largo plazo, “VolunTeens” debería consolidarse en el panorama de los eventos como una red joven y flexible de voluntarios y organizadores.

A pesar del éxito financiero —”VolunTeens” ya ha generado más de 740 horas de trabajo y unos 2300 € de beneficios—, el dinero no es la principal preocupación de los fundadores. «Parte de los beneficios se donará, preferiblemente al deporte», explica Max Wolter. El resto se reinvertirá o, si sobra, se repartirá entre los siete jóvenes.

Pero su mayor beneficio es otro, continúa Max Wolter: «Aprendimos que con una buena idea y trabajo en equipo, realmente se pueden lograr cosas. Y asumir la responsabilidad simplemente sienta bien».

Fuente: Virgule

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