La “resistencia” de la economía belga apoya a las nuevas empresas locales

La “resistencia” de la economía belga apoya a las nuevas empresas locales

El principal motor del crecimiento es Flandes, donde florecen sectores como las life sciences y las tecnologías financieras

La economía belga es una de las de más rápido crecimiento de la eurozona, y sus jóvenes empresas parecen beneficiarse de ello.

El país, situado en el centro de un arco de prosperidad de la UE que va desde el sur de Suecia hasta el norte de Italia, pasando por París, figura por primera vez entre las diez naciones más representadas en la clasificación del FT de las empresas europeas de más rápido crecimiento. Bélgica cuenta con 15 empresas en la lista FT 1000 que, sumadas a las 29 de los Países Bajos, ponen de relieve el papel de los países del Benelux en sectores como la tecnología financiera, la logística inteligente y la fabricación avanzada.

Los economistas del banco belga KBC destacan la fortaleza económica del país. El crecimiento de su PIB real en el último trimestre de 2023 fue del 0,4% intertrimestral, el doble de sus previsiones. “La sorpresa positiva ilustra la continua resistencia de la economía belga”, escribieron los economistas el mes pasado. Y el crecimiento del PIB en el conjunto del año, del 1,5%, triplicó el de la zona euro.

“Sorprendentemente, Bélgica es uno de los pocos países europeos que no registró ni una sola tasa de crecimiento trimestral negativa desde principios de 2022”, añadieron los economistas de KBC. “La actividad económica en Bélgica a finales de 2023 estaba un 5,5 por ciento por encima de su nivel pre-pandémico, en comparación con sólo el 3 por ciento en la zona euro.”

El principal motor ha sido la región neerlandófona de Flandes. Cuenta con las mejores universidades, ciudades habitables como Gante y Lovaina, una economía abierta servida por el segundo mayor puerto de Europa por volumen, Amberes-Brujas, y muchos angloparlantes.

A diferencia de la región francófona meridional de Valonia, Flandes tiene poco legado de industria pesada, como la minería del carbón y la siderurgia. Suele albergar empresas de industrias de alto margen y ocupa una posición de liderazgo en ciencias agrícolas.

Como Bélgica es un Estado federal, Flandes también tiene su propio gobierno, que controla más de la mitad del gasto público. Casi el 60% de los 11,7 millones de habitantes del país vive en el Estado, y otro 11% en Bruselas, que se encuentra en Flandes pero está clasificada como región separada.

La economía de Flandes cuenta con el apoyo de un plan específico de resiliencia, cuyo objetivo es mantener su competitividad, e incluye ayudas financieras y administrativas para las empresas de nueva creación. Organismos como Flanders Investment & Trade (FIT), una agencia de promoción, ofrecen subvenciones, asesoramiento sobre exportación y presentaciones a posibles inversores y clientes.

“Fomentamos la creación de grandes ecosistemas para nuestras empresas, sobre todo en investigación y desarrollo”, afirma Desna Lespinoy, portavoz de FIT. “Al menos el 3,2% de nuestro PIB se destina a ello”. Flandes ocupa la primera posición europea en investigación y desarrollo. Superamos la media de la UE (2,1%) y a otros países punteros, como los Países Bajos y Dinamarca”.

Entre los sectores de mayor crecimiento figuran las life sciences, la automoción y los medios de comunicación y entretenimiento, informa. Por ejemplo, una de las empresas belgas del FT 1000 de este año es Maxflow, propietaria de Crazy Games, un desarrollador de juegos de navegador con más de 20 millones de usuarios mensuales. Se asocia con diseñadores independientes y obtiene ingresos de la publicidad.

Las fintech también crecen con rapidez, y Pom, con sede en Amberes, está a la cabeza. Lanzada en 2014, Pom cuenta con una aplicación de facturación que permite a empresas y consumidores liquidar facturas en su teléfono. Alcanzó una tasa compuesta de crecimiento anual del 87% entre 2019 y 22, y sus ingresos alcanzaron los 2,27 millones de euros en 2022.

Anthony de Bruyn, director de marketing, afirma que ha conseguido contratos del sector público y que entre los inversores locales se encuentran la ciudad de Amberes y el Gobierno flamenco. Pom se ha expandido a los Países Bajos y Alemania, y una plataforma de pagos paneuropea facilitará la entrada en nuevos países, afirma de Bruyn.

Bélgica es un buen lugar para lanzar un negocio, añade, a pesar de las estrictas regulaciones que, en 2018, llevaron al banco central a decir que Pom estaba infringiendo la ley. Había estado procesando dinero a través de su propia cuenta durante milisegundos antes de pasarlo a los destinatarios, pero no tenía la licencia bancaria correcta. Pom no tardó en modificar sus sistemas para obtener la autorización.

Los mayores problemas de la empresa son encontrar personal e inversores para crecer, afirma de Bruyn. “Los desarrolladores de software son difíciles de encontrar y de mantener”, señala. “Hay capital inicial, pero si se trata de ampliar, es difícil”.

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