¿Cómo se gestionan esos momentos informales en los que se baja la guardia en una entrevista?

¿Cómo se gestionan esos momentos informales en los que se baja la guardia en una entrevista?

Hombre Y Mujer Junto A La Mesa
La entrevista de trabajo no es sólo un momento en el que, separado por un escritorio o una pantalla de ordenador, hablas con el responsable de recursos humanos. En persona, comienza desde el momento en que pones un pie a menos de 50 metros de la empresa. Y termina cuando abandonas este perímetro. En el medio, ¡vigilancia constante! Jeanne, cazatalentos de un grupo de consultoría, marca la pauta: “La informalidad no existe en las entrevistas, nunca hay que bajar la guardia. “Todos los momentos “casuales” que marcan una cita dan pistas importantes sobre tu personalidad. Si la videoentrevista tuvo su momento de gloria durante los repetidos periodos de encierro y teletrabajo, permitiéndonos escapar de estos momentos informales, la tendencia es hacia el regreso de la entrevista física. Entonces, ¿cómo volver a los “buenos” hábitos? Empieza por identificar esos momentos fuera de la oficina para poder abordarlos con más serenidad y sin fallos.

Esos pequeños momentos informales que pueden delatarte.

Los momentos informales requieren el equilibrio adecuado entre una actitud profesional y un comportamiento amistoso. Y no ocurren por casualidad: “El trabajo de un el responsable de recursos humanos es saber crear estos momentos para probarte mejor”, añade Jeanne. Le permiten ir más allá del elaborado y bien construido discurso que ha preparado para la entrevista. Este es el momento de sumar puntos (o de no perder ninguno).

Los primeros minutos

Cuando el responsable de recursos humanos se encuentra contigo por primera vez, es esencial causar una buena primera impresión. Un estudio de la Universidad de Princetown demostró que podemos juzgar a una persona en sólo una décima de segundo… y que es muy difícil dejar una segunda impresión mejor. El estudio también reveló que la “fiabilidad” es el segundo criterio más importante que observa nuestro cerebro.

Con un café
A veces, después de una entrevista, el responsable de recursos humanos te sugiere continuar tomando un café. Esta es otra oportunidad para hacerte una radiografía. Evita relajarte demasiado o contradecirte: “Estaba contratando para un puesto para el que era imprescindible tener un coche para viajar mucho todos los días”, recuerda Jeanne. “¡Recibí un candidato muy motivado con un perfil ideal! Durante una segunda entrevista, le ofrecí un café y hablamos durante diez minutos antes de que me contara lo difícil que había sido llegar a la reunión esa mañana porque su tren se había averiado… Finalmente me di cuenta de que aún no tenía el carné de conducir”.

El golpe final

¿La entrevista ha terminado y , el responsable de recursos humanos te está acompañando a la salida? No es el momento de dejarse llevar. Demasiados candidatos se mojan los pies en los últimos metros (en sentido figurado). Este es el momento que genera más errores y momentos embarazosos.

El ascensor, epicentro de la incomodidad en el trabajo, donde 30 segundos de subida parecen una eternidad. Más aún si hay otras personas presentes y silenciosas. Si la persona con la que hablas no habla, utiliza la discreción para evitar errores. ¿Quién sabe si las personas que te rodean son conscientes, o no, de que el puesto al que optas está abierto?

Consejo: a un radio de 50 metros.

La entrevista ha terminado, dejas la empresa y empiezas a relajarte. Sin embargo, ten cuidado de no informar a tu mejor amigo por teléfono hablando en voz alta sobre lo horribles que eran los calcetines del responsable de recursos humanos… Puede que uno de sus colaboradores esté en la zona. Mantente alerta, las paredes tienen oídos.

Así que, en todos esos pequeños momentos informales que rodean a la entrevista y que son parte integrante del proceso de contratación, ¿qué deberías evitar hacer o decir para no perder el rumbo o, mejor aún, para marcar la diferencia?

Abordar las cuestiones de fondo

“¿Qué opina de la política de Estados Unidos sobre el programa nuclear de Irán? “No intentes presumir de tus conocimientos de geopolítica, estos momentos informales aún están hechos para una pequeña charla. En cambio, aprovecha estos momentos para hablar de temas ligeros, a ser posible relacionados con la empresa: la arquitectura del edificio, el número de empleados, el ambiente de trabajo, etc. De este modo, podrá demostrar que es una persona curiosa a bajo coste.

Ser negativo

Si te ha costado encontrar el aparcamiento, se te ha estropeado el metro o tu gato te ha manchado de pelo el traje antes de salir, es interesante, pero guárdatelo para ti. Aunque hayas tenido dificultades durante el día, mantén un tono positivo en esta conversación. Demostrarás que eres una persona activa, que no sufre los caprichos de la vida sino que sabe adaptarse como un buen filósofo y aprovechar todas las situaciones. No eres estático y sabes cómo superar los obstáculos, el responsable de recursos humanos apreciará este rasgo.

Habla sólo de ti mismo

Por supuesto, este es el tema que mejor conoces. Pero, a menos que tu entrevistador te haga una pregunta específica, evita centrar la conversación en ti y sólo en ti. Una vez más, aprovecha estos momentos para mostrar tu interés por la empresa: la curiosidad es un buen factor de diferenciación.

Actitud no verbal correcta

Recuerda que el 93% de los mensajes que emites no salen de tu boca, sino de tu lenguaje corporal y tu actitud. Así pues, intente controlar esa pierna que tiembla impaciente bajo el escritorio, evite el apretón de manos tembloroso o las miradas temblorosas. Con el estrés, todas estas señales pueden contaminar rápidamente tus intercambios y enviar señales negativas a la otra persona.

Querer parecer demasiado confiado

Quieres mostrar tu confianza para diferenciarte de todos esos candidatos estresados… Ten cuidado de no exagerar. Si el reclutador te pregunta sobre ti, no exageres. Para la mayoría de los trabajos, se le perdonará un exceso de cortesía y modestia más que un exceso de confianza antinatural.

¿Qué dicen estos momentos de ti?

Aunque las preguntas que puedes hacer a un responsable de recursos humanos parecen inofensivas, en realidad dicen mucho de ti. Una persona inteligente deducirá de ellas tus motivaciones más profundas. ¿Preguntas por el tamaño de tu futura oficina? Probablemente necesitas reconocimiento o privacidad. ¿Quiere saber el número exacto de días libres? Tu privacidad es importante. No hay un juicio infalible, sin embargo, das las claves de tu personalidad, tus necesidades y tus deseos.

Todos estos momentos “informales” son una oportunidad para revelar otra faceta de tu personalidad. Se curioso y haz que el responsable de recursos humanos sienta que ya estás pensando en el trabajo. Para parecer relajado sin dejarte llevar, imagina que estás hablando con un antiguo profesor, un amigo de tus padres o cualquier otra persona con la que sientas una sutil mezcla de respeto, simpatía y consuelo. En resumen, demuestra que no sólo serás un buen profesional, sino también un compañero agradable con el que trabajar.

Fuente: Welcome to the jungle

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