Emprendedores: ¿y si cambiamos nuestra visión de la crisis?

Emprendedores: ¿y si cambiamos nuestra visión de la crisis?

Incertidumbre post-covid, aumento generalizado de los costes, inflación histórica… El año 2022 ha puesto a prueba a las empresas belgas. Mientras se preparan las revisiones anuales, nos reunimos con diversas personalidades del mundo político, económico y empresarial. Todos son unánimes: debemos seguir siendo optimistas y permanecer unidos… aunque ello implique a veces salirnos de los caminos trillados.

Un duro golpe al crecimiento

Como señala el economista Bruno Colmant, “esta crisis es grave: tiene un impacto general y afecta tanto a las pequeñas y medianas empresas como a los grandes actores”. Energía, materias primas, logística, mano de obra y financiación: no se ha escatimado ningún factor de coste.

Estos diversos incrementos se traducen en subidas de precios que aumentan los riesgos de liquidez y limitan la capacidad de inversión de las empresas, algo crucial cuando los retos a los que hay que hacer frente son cada vez más acuciantes, en términos medioambientales o digitales, por ejemplo.

Una particularidad belga

Trabajo, materias primas, energía: el aumento de los costes ha sido mayor en Bélgica que en los países vecinos. Parte de la razón hay que buscarla en la indexación automática, aunque el Secretario de Estado de Recuperación e Inversiones Estratégicas, Thomas Dermine, indica que esta “protege contra la pérdida de poder adquisitivo y garantiza cierta estabilidad social”.

Según el presidente del Movimiento Reformador (MR), Georges-Louis Bouchez, hay otros factores que también afectan: la imposición por parte de Bélgica de una “legislación más restrictiva” y destaca también unas características demográficas concretas, como “el tamaño de nuestro mercado, con legisladores y lenguas diferentes”.

Repercutir los mayores costes a los clientes: ¿a qué precio?

Dado el contexto, es difícil (si no imposible) no subir los precios. Según una encuesta realizada en octubre por el Banco Nacional de Bélgica, nuestras empresas repercuten en sus precios una media del 44% del aumento de los costes. Así pues, los empresarios parecen estar soportando los efectos de la crisis más que sus clientes. Deniz Toko, Director General de Tadal, mayorista de alimentación de Bruselas, lo confirma: “Por ejemplo, el precio de los productos secos y el queso ha subido considerablemente… pero estamos lejos de haber aumentado nuestros precios en la misma proporción. Debemos permanecer unidos”.

En las compras de empresa a empresa (B2B), los problemas de tesorería se agravan por la morosidad

Mientras que el aumento de los costes afecta directamente a la tesorería de las organizaciones, las empresas B2B se enfrentan a otra limitación: la morosidad, cada vez más frecuente. Hassan Assabban, mayorista de mercería en Charleroi, explica que “para algunos clientes, los plazos de pago han aumentado de 30 a 60 días; también se concede más crédito”.

Ante esta situación, las empresas pueden recurrir a soluciones como el factoring o el seguro de crédito. Loris Petta, CEO de 4m Group, añade: “Levantar el teléfono y hablar con un cliente para llegar a un compromiso sigue siendo una solución adecuada. Ahora hay más rigor y esfuerzo por nuestra parte, con un seguimiento más diligente de las cuentas por cobrar. Además, muchas empresas utilizan soluciones digitales para facilitar la automatización de pagos y facturas”.

El economista Bruno Colmant lo confirma: “Muchas empresas son solidarias. La mayoría de las PYME se encuentran en ecosistemas y, por tanto, funcionan en interdependencia. Es difícil ser el único ganador”.

Continuar invirtiendo: una necesidad para superar la crisis

Puede parecer paradójico a primera vista, pero a pesar de la inflación y la subida de los tipos de interés, la situación actual puede servir de acelerador de la inversión, siempre que se replanteen los procesos de toma de decisiones. Valérie Denis, experta en gobierno corporativo, añade: “Hoy en día, los criterios de inversión ya no se limitan al crecimiento del margen de beneficios, sino que también deben responder a la evolución de las tendencias sociales, tecnológicas y medioambientales.

Una crisis belga y europea: ¿qué vías tienen los poderes públicos?

Ante la crisis que les azota, a los empresarios no les falta ni resiliencia ni creatividad. Sin embargo, parece necesario adoptar medidas enérgicas a escala nacional para reactivar la economía belga. “Hay que aprovechar para revisar el sistema fiscal del país, por ejemplo, otorgando grandes ventajas fiscales a todo lo relacionado con la rehabilitación de edificios, tanto para empresas como para particulares”, afirma Bruno Colmant. Limitar la indexación de los arrendamientos comerciales (o de forma limitada, como ha decidido recientemente el Gobierno de Bruselas), o vincularlos a su certificado de eficiencia energética de los edificios (BEP), también podría ayudar a un gran número de empresas. Además, debe garantizarse el acceso al capital a los sectores más debilitados por la crisis de Covid-19 , empezando por HoReCa.

A modo de conclusión

Como cualquier crisis, ésta ofrece a las organizaciones la oportunidad de replantearse su modo de funcionamiento. Probablemente sea uno de los momentos más interesantes”, afirma Frédéric Rouvez, CEO de la cadena de restauración EXKi, “porque nos obliga a cuestionarnos para ir un paso por delante. Directivos de pequeñas y grandes organizaciones, economistas, políticos: todas las personas entrevistadas para este artículo subrayan cómo la adaptabilidad sigue siendo una habilidad clave para los empresarios belgas.

Sin embargo, se necesitan medidas gubernamentales de apoyo al espíritu empresarial que contribuyan a reactivar la economía belga y, más allá, la europea.

 

Fuente: Tendances Trends.

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