Prácticas sin posibilidad de futura contratación: ¿cómo invertir la tendencia?

Prácticas sin posibilidad de futura contratación: ¿cómo invertir la tendencia?

Hombre En Camisa De Vestir Blanca Sentado En Una Silla Rodante Negra Mientras Mira Hacia El Equipo Negro Y Sonriendo

Tras meses de búsqueda, ¿acabas de conseguir unas prácticas? Enhorabuena. Desgraciadamente, al cabo de unas semanas o durante el proceso de contratación, te enteras de que esas prácticas no pueden renovarse como contrato indefinido. ¿Las dos razones más comunes? La situación económica de la empresa no permite la contratación o, simplemente, el alcance del puesto no requiere un contrato de larga duración.
Aunque estas explicaciones puedan desmotivar a muchos, ¿hay que tirar la toalla o esperar que un día, bingo, las prácticas se renueven finalmente como contrato indefinido? ¿Cómo saber si sigue valiendo la pena? ¿Cuál es el secreto para “hacerse indispensable” y poder dar un giro a todo? Para averiguarlo, hemos hablado con Clara y Dorian supervisores de prácticas de Louise, Sarah y Solène quienes consiguieron trabajo al final de sus prácticas, cuando el contrato estaba lejos de ser seguro.

1. Ser proactivo y tratar de asumir la responsabilidad de un proyecto
Aunque pueda parecer un poco precipitado, es posible e incluso aconsejable asumir un proyecto específico dentro de la empresa. ¿Por qué? Porque es la mejor manera de “hacerse indispensable”. Así que no dudes en ir más allá de tus tareas de prácticas, dentro de lo razonable, para afirmar que tienes habilidades exponenciales y la actitud adecuada para encontrar tu lugar en la empresa.
Dorian, el supervisor de prácticas de Louise, que en aquel momento se encargaba de la comunicación digital, señala que antes de que consiguiera su contrato fijo en Groover, “pidió un curso de formación en marketing de tres semanas, para lanzar nuestra primera campaña de anuncios en Facebook”. Esta iniciativa fue decisiva, no sólo porque Louise se convirtió en la piloto de esta importante campaña, sino también porque compartió su entusiasmo y su deseo de adherirse a la misión de la empresa. Una buena manera de añadir habilidades duras (marketing) a su arsenal (comunicación), a la vez que mejora sus habilidades blandas (autonomía).
Para Solène, cuyas prácticas de mediación cultural se realizan en una asociación que apoya a los artistas refugiados políticos, también es el trabajo el que inspiró un nuevo proyecto. Encargada de coordinar los talleres de arte, dirigidos por los artistas de la asociación y con instituciones culturales, se dio cuenta de que a la oferta le faltaba un soporte visual para convencer a los socios. Para facilitar su trabajo, propuso crear una revista dedicada a los socios y en la que se destacara el trabajo de los artistas, una idea que caló entre sus superiores y que se le encomendó llevar a cabo.
Como explica Dorian, el supervisor de Louise, “no hay que tener miedo a intentarlo”, así que sé proactivo, conviértete en un creador de ideas, ofrécete como voluntario para dirigir un proyecto que te guste o crea el tuyo propio, comparte tu análisis del campo y sugiere mejoras en los procesos de tu asignación. Si quieres seguir en tu empresa, lo importante es demostrarlo. Aprovecha tus puntos fuertes.

2. Expresa tu deseo de quedarte
Al final de las prácticas, puedes caer en una postura pasiva, en la que no te atreves a hacer una solicitud de empleo, por miedo a sentirte ilegítimo o incluso a que te rechacen. Sin embargo, esperar puede ser como perder una gran oportunidad profesional.
No te resistas a expresar tus deseos de empleo: tus jefes no son adivinos, y para ellos, un becario que toma la iniciativa es una señal de su motivación. Al igual que usted, se preocupan principalmente por la gestión de su propio trabajo. Clara, jefa de prácticas de Sarah en el departamento de ventas de la empresa de medios de comunicación Voxe, dice: “Si trabajas como una loca porque quieres quedarte pero no lo dejas claro, me preocupa más que trabajes tanto y mi capacidad para gestionarte bien”.
Tanto si tus supervisores se ponen firmes como si no, no dudes en decirles que te sientes bien en la empresa y que quieres continuar. Clara, la tutora de Sarah, señala que “Sarah dijo enseguida que si sus prácticas iban bien, le gustaría quedarse. Ser consciente de su posición me permitió centrarme en ella y en su desarrollo, para tenerlo siempre presente. Más aún entre las mujeres, con el síndrome del buen estudiante, que a mí misma me impidió pedir un puesto en mi oficina anterior”.
Para hablar de estos temas, lo ideal es organizar un tiempo de intercambio mensual, como sugirió Clara a Sarah, “para saber cómo van las cosas (sobre todo en el contexto del teletrabajo covid y permanente)”.
Aunque Clara y Dorian iniciaron estas reuniones con sus aprendices, algunos directores no ven necesariamente la necesidad de estas reuniones periódicas. Si este es su caso, no dude en presentarlos. Te permiten trabajar mejor con tu compañero, seguramente apreciará tu iniciativa y al mismo tiempo crearás oportunidades para discutir tu futuro en la empresa.

3. Conoce el contexto de la empresa
Puede ocurrir que, a pesar de tu rendimiento, la empresa no pueda mantenerte por una situación financiera complicada. En este caso, la razón está clara y puedes pasar a un plan B. Por lo demás, lo importante es detectar las posibles oportunidades, para no caer como una piedra a la hora de pedir un trabajo.
Cuando la situación económica está en suspenso, pedir un contrato de duración determinada es una buena opción intermedia, ya que es más barato para el contratante. Al final de las prácticas de Louise, Groover no podía permitirse mantenerla con un contrato indefinido, así que Dorian le ofreció un contrato de duración determinada, lo que a él le permitió completar la recaudación de fondos y a Louise confirmar su elección.
En Voxe, Clara explica que la estructura era todavía muy pequeña, lo que permitió a “Sarah triplicar la facturación de la empresa en tres meses. Ganó el dinero que necesitábamos para contratarla, un fenómeno propio de los trabajos de venta”.
Es más probable que encuentre un puesto de responsabilidad en una empresa pequeña y en crecimiento. Aunque estas empresas suelen tener poco dinero para contratar, su contexto financiero tiene tiempo de cambiar durante tus prácticas. ¿Se entera de una recaudación de fondos, de la próxima salida de un empleado, de la creación de una división o de un nuevo puesto? Todo esto son luces verdes para articular con calma tu deseo de quedarte.

4. Asegúrate de que quieres ir a por todas
Por reflejo y al final de tus prácticas de fin de estudios, querrás conseguir un contrato indefinido, ¡y es normal! Pero tómate el tiempo necesario para informarte bien. El objetivo es responder a LA pregunta que importa: ¿quiero (realmente) quedarme aquí? Este es el momento de escuchar tu intuición.
Esta sensación suele provenir de un estilo de gestión que le gusta. Louise “se sintió segura enseguida” gracias a Dorian, que “identificó sus puntos fuertes y débiles y los aspectos en los que podía mejorar”. Lo mismo ocurre con Sarah: “En Voxe se te valora muy rápidamente. No sabía nada de bizdev y me di cuenta de que se me daba bien. Cuando hago llegar dinero a la empresa, me encanta.
Por el contrario, tu intuición puede decirte que te vayas. Finalmente, Solène rechazó su oferta de trabajo porque “había más encargos que trabajos, y los problemas de comunicación provocaban problemas de organización”. Hoy, dos personas ocupan el puesto que yo ocupaba sola.
Aunque no queramos necesariamente escuchar nuestra vocecita interior cuando nos dice que seamos audaces y cambiemos de proyecto, es la mejor brújula que podemos seguir para asegurarnos de que estamos en el lugar correcto.
Además, si crees que la empresa se aprovecha de tu determinación para pedirte demasiado mientras te ofrece un contrato fijo al final de las prácticas, toma precauciones. En otras palabras, no trabajes 50 horas a la semana para un trabajo que no estás seguro de conseguir. Mide tu inversión, ¡el dueño de tu carrera eres tú!

5. Mantén los ojos abiertos
A pesar de tus esfuerzos, te das cuenta de que la empresa no tiene perspectivas de contratarte… Esto no tiene por qué ser así. Lo más importante es tomar esta experiencia como lo que es: una oportunidad para adquirir habilidades y crear una nueva base de relaciones profesionales. Estas prácticas no son más que un paso entre muchos otros, así que considéralas con un poco de distancia, como Sarah, que no pensaba conseguir inmediatamente un trabajo en ventas, o como Louise, que pensaba retomar su Master.
No dudes en seguir con tus proyectos de estudio, en buscar otras empresas que estén contratando, o en establecer una red de contactos con tus compañeros, que estarán encantados de recomendarte si tus prácticas van bien. Así demuestras que tienes un plan B y tu jefe tendrá todo el interés en ficharte primero para mantenerte, pues ya estás capacitado para tus tareas y familiarizado con el equipo. Dorian, el supervisor de Louise, es tajante: “Si se hubiera ido, habría sido difícil volver a formar a alguien, nos habría llevado un tiempo que no teníamos.
Dar un paso atrás también significa buscar en otra parte, porque aunque lo des todo, no hay garantía de que consigas un trabajo, así que sé táctico y no pongas todos los huevos en la misma cesta.
La clave es darse la oportunidad de rendir bien teniendo en cuenta los factores que te hacen sentir bien en el trabajo, como el objetivo del trabajo, el espíritu de equipo y la cultura de la empresa. De este modo, te das la oportunidad de tener éxito en tu misión, aunque eso signifique que tu supervisor te vuelva a llamar cuando las finanzas de la empresa se hayan recuperado, o que te recomienden y contraten en otro lugar si la empresa no puede mantenerte. Establecer una red de contactos mediante la creación de una buena reputación es la clave para tener éxito en la vida laboral, especialmente al principio de la carrera.

Fuente: Welcome to the Jungle

Share this post