Los pagos con tarjeta no están disponibles en todas partes a pesar de la obligación legal

Los pagos con tarjeta no están disponibles en todas partes a pesar de la obligación legal

Un gran número de comercios todavía no han puesto a disposición de los clientes los pagos con tarjeta, a pesar de estar obligados a hacerlo desde principios de julio.

Según el programa de radio de consumo De Inspecteur de la VRT, las autoridades han registrado hasta ahora 103 casos de comercios que aún no están preparados para ofrecer pagos con tarjeta. La nueva ley, por el contrario, obliga a cualquier negocio que trate con el público a ofrecer la opción de pagar por medios electrónicos, lo más habitual es el sistema Bancontact, apoyado por la mayoría de los bancos comerciales (pero no todos).

“Esto no está bien desde el punto de vista legal”, dijo la ministra subalterna Eva De Bleeker a la VRT. Hasta la fecha, se han sustanciado 103 quejas de clientes, dijo. Los casos de empresas que incumplen la ley pueden denunciarse en la página web (disponible en cuatro idiomas: FR, NL, DE y EN).

“Esas 103 quejas son investigadas por el Ministerio de Economía”, dijo De Bleeker. “Si resulta que efectivamente no había posibilidad de pagar digitalmente, esa empresa recibirá primero un recordatorio en el que se le pide que se arregle y reciba información clara sobre la normativa vigente. Si no, se arriesgan a una multa de hasta 80.000 euros”.

Para evitar tener que instalar terminales de pago digitales, lo que puede resultar caro para algunas pequeñas empresas que operan con márgenes más bajos, algunos negocios optan por utilizar otras opciones, como las aplicaciones para teléfonos inteligentes que permiten la transferencia de fondos. Muchas de ellas, sin embargo, son prácticamente desconocidas para el público, aunque cumplen con la letra de la nueva ley. El resultado es que los clientes que no disponen de la aplicación se ven obligados a pagar en efectivo.

Esto no sólo subvierte el propósito de la nueva ley, sino que permite a los negocios en cuestión seguir con los trucos que hicieron necesario el cambio en primer lugar. El principal: coger el dinero del cliente y no pasar la transacción por contabilidad, lo que hace que vaya a parar a los bolsillos del personal, desde los camareros hasta los gerentes.

Sin embargo, explica el Ministerio, el Gobierno no puede hacer nada o muy poco para combatir estos trucos. El propio gobierno -o los redactores de la nueva ley- ha creado el problema, en gran medida provocado por la necesidad de ser justos con todos los que ofrecen esos servicios, por muy oscuros que sean. “La propia empresa conserva la libertad de elección para ofrecer un método de pago electrónico”, dijo un portavoz del ministerio al programa. “Debe ser un método de pago suficientemente accesible para el consumidor”. Sin embargo, esa es una obligación que se cumple fácilmente con un simple listado en un sitio como Google Pay o la menos conocida Bonsai, una aplicación respaldada por el Banco Nacional.

 

Fuente: The Brussels Times

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