Otra víctima más de las lluvias torrenciales: los viticultores belgas

Otra víctima más de las lluvias torrenciales: los viticultores belgas

En las inundaciones que asolaron el noroeste de Europa la semana pasada, muchos viticultores alemanes perdieron toda su cosecha anual. Los viticultores holandeses también están sintiendo los efectos de las inundaciones. Los viticultores belgas se libraron en gran medida de los daños, pero las fuertes lluvias se sumaron a los problemas que ya sufrían debido a la fría y húmeda primavera, según una encuesta realizada por De Tijd.

“Ha llovido mucho y las carreteras hacia Dinant se han inundado. Pero como nuestros viñedos están en la ladera, no se inundaron”, explicó Jeannette van der Steen, la holandesa propietaria de La Bonne Baronne, a orillas del Maas. “Fueron unos momentos muy tensos. Un colega de Heerlaak, cerca de Maaseik, también se salvó por los pelos”.

Bélgica contaba con 198 viticultores en 2020, un 29% más que en 2019. El aumento se produjo principalmente en las provincias de Limburgo y Lieja, con un total de 587 hectáreas de viñedos, un 33% más. La producción fue de 1,85 millones de litros, un aumento del 25%. Valonia produce un 10% más de volumen que Flandes porque se elaboran más vinos espumosos, aunque Flandes tiene el doble de superficie de viñedo.

Las fuertes lluvias de julio supusieron un problema añadido para ellos que se ha sumado a las condiciones difíciles que arrastran desde hace meses causadas por el clima. Este año, la primavera ha sido especialmente húmeda y relativamente fría, y el verano poco prometedor hasta el momento. Si a esto se le añade el fenómeno de las inundaciones recientes, el resultado es que el suelo permanece saturado, y eso es una mala noticia para las vides.

“Esa elevada humedad afecta tanto a las uvas jóvenes como a las hojas nuevas, a través de las raíces, lo que hace que se pierda gran parte de la cosecha. Afortunadamente, hemos rociado los frutos contra los hongos justo antes de las lluvias y justo después. A las uvas no les gusta la humedad”, dice Patrick Nijs, de Wijnfaktorij quien cultiva, en Amberes, sus uvas en las laderas del valle del Maas. “Muchos viticultores belgas elaboran el vino de forma tradicional, pero eso ya no funciona ahora que el clima confuso ha hecho que el tiempo sea más inconstante” por lo que “los viticultores tienen que prepararse mejor en lugar de esperar que mejore el tiempo. Hay que intentar comprender lo que significa que el granizo, la lluvia, la sequía y las heladas se alternen mucho más rápido a lo largo del año”, añade.

Fuente: The Brussels Times

Share this post